Es muy común que se acumulen nuestros muebles en desuso en las azoteas, en el sótano o en cualquier parte de nuestra casa o lugar de trabajo. La mayoría de las personas ignora que con el paso del tiempo estos terminarán por dañarse. No tiene sentido acumular muebles, sabiendo que centenares de familias no cuentan con los recursos económicos suficientes para adquirir estos artículos de primera mano; ni mucho menos, tiene sentido arrojarlos a la basura e incentivar los problemas ambientales que ya tenemos.
A veces pensamos que un mueble está demasiado deteriorado o pasado de moda como para servirle a alguien. Pero hay personas realmente necesitadas que siempre que el mueble sea seguro para seguir utilizándose, no miran en absoluto la estética del mismo.
Donar muebles puede mejorar la calidad de vida de otros.